¿Cuáles son los signos y síntomas del síndrome de Hunter?

El síndrome de Hunter presenta una variedad de signos y síntomas. Este síndrome puede afectar cualquier parte del cuerpo. Los síntomas del síndrome de Hunter, y su avance y gravedad, son diferentes en cada persona.

Es importante recordar que muchos de estos signos y síntomas son frecuentes en la infancia, y es su combinación lo que podría indicar la presencia de síndrome de Hunter. No todos los pacientes manifestarán todos los signos y síntomas, y evolucionan de manera diferente, por lo que no existe una experiencia habitual del paciente.

Existen dos tipos de síndrome de Hunter; estos se conocen como neuronopático (con discapacidad cognitiva) y no neuronopático (sin discapacidad cognitiva). Ambos tipos presentan los signos y síntomas que afectan al cuerpo, pero el síndrome de Hunter neuronopático también presenta síntomas que afectan al cerebro y sistema nervioso, lo que significa que tanto la conducta como el desarrollo se ven afectados. Aproximadamente 7 de cada 10 personas con síndrome de Hunter tienen el tipo neuronopático.

Por lo general, los síntomas se presentan entre los 2 y 4 años en el tipo neuronopático, mientras que en el no neuronopático, generalmente se presentan posteriormente en la infancia.

No neuronopático

Neuronopático

PROBLEMAS DE CONDUCTA

  • Hiperactividad
  • Obstinación
  • Agresión

SISTEMA NEUROLÓGICO

  • Deterioro cognitivo
  • Convulsiones (pueden ser convulsiones “de ausencia”, es decir, episodios de mirada fija)

CABEZA

  • Rasgos faciales particulares, como una frente prominente, nariz ancha y labios gruesos
  • Cabeza grande
  • Problemas en la vista
  • Lengua grande
  • Dientes con forma irregular

HUESOS Y ARTICULACIONES

  • Rigidez en las articulaciones, que puede producir limitaciones en el movimiento
  • Dedos curvados
  • Síndrome del túnel carpiano

ABDOMEN

  • Agrandamiento de la barriga
  • Hernias (umbilicales o inguinales)
  • Diarrea frecuente o prolongada

OTRO

  • “Piel rugosa”: bultos blancos que pueden formar relieves
  • Estatura baja (desde aproximadamente los 5 años)
  • Antecedentes de cirugías frecuentes (p. ej., liberación del túnel carpiano, reparación de hernia, timpanostomía)

DESARROLLO

Retrasos en el desarrollo durante la infancia, p. ej.:

  • retraso en la marcha
  • retraso en el habla

FUNCIÓN MOTORA

Problemas en la función motora

OÍDOS Y NARIZ

  • Infecciones frecuentes en los oídos
  • Pérdida de la audición
  • Goteo nasal prolongado

CORAZÓN

Soplo en el corazón o valvulopatía

RESPIRACIÓN

  • Tos y resfríos frecuentes
  • Problemas respiratorios, lo que incluye tener una respiración ruidosa y roncar

El síndrome de Hunter es una enfermedad progresiva

Los niños con síndrome de Hunter a menudo tienen una apariencia saludable al nacer. Los signos y síntomas de la afección se manifiestan a medida que los glicosaminoglicanos (GAG) comienzan a acumularse en las células y los sistemas de órganos del cuerpo.

A medida que los GAG se acumulan con el tiempo, los signos y síntomas de este síndrome avanzarán. En el síndrome de Hunter neuronopático, al igual que los síntomas progresivos que afectan al cuerpo, los síntomas que afectan al cerebro y sistema nervioso también avanzarán, lo que producirá un deterioro en las capacidades cognitivas, para hablar y aprender.

Lamentablemente, muchos síntomas del síndrome de Hunter son irreversibles cuando han avanzado hasta cierto punto. No obstante, es importante recordar que cada niño con síndrome de Hunter es diferente y que la enfermedad no sigue un único curso.

Los síntomas afectan la expectativa de vida. La expectativa de vida para las personas con síndrome de Hunter no neuronopático es hasta la adultez temprana; sin embargo, algunas personas pueden vivir hasta los 50 o 60 años. La expectativa de vida para las personas con síndrome de Hunter neuronopático tiende a ser hasta la segunda década de vida.

La naturaleza progresiva de la enfermedad significa que un diagnóstico temprano es fundamental para que se pueda iniciar el control de la enfermedad lo antes posible.

Aiden y AJ

No transcurre una semana sin que debamos acudir a una cita con el médico, o con un especialista, o a un control de seguimiento, o terapia o reunión escolar, pero Aiden y AJ hacen todo con una sonrisa; su fortaleza es mi fortaleza.

Aiden mastica mucho. Tiene un chupete que le gusta masticar. Sus juguetes son todos de goma para que no se lastimen los dientes. Si están entusiasmados, por ejemplo, en un patio de juegos, AJ corre hasta donde están otros niños y quiere jugar, pero los empuja. No lo hace con mala intención, simplemente no entiende que tiene que ser amable. Se lo recordamos todo el tiempo. – Toni Ann, madre de Aiden y AJ

Hunter y Kingston

No sabes qué esperar de esta enfermedad porque en cada niño produce cambios diferentes. Esta enfermedad ha afectado a mis tres hijos de forma diferente.

Por la mañana, cambio sus pañales, los visto para ir a la escuela y los acompaño uno por uno hasta el autobús escolar. Después de la escuela, les preparo refrigerios, la cena, los cuido o les sirvo bebidas porque no pueden hacer ninguna de estas tareas por su cuenta. Jugamos con ellos y los atendemos hasta la hora de acostarse, y al día siguiente, hacemos lo mismo. – Brittany, madre de Hunter y Kingston

Silas

Silas comenzó el jardín de niños cuando tenía 2 años. Por otro lado, a menudo tiene resfríos debido a las infecciones que contrae allí. Estamos agradecidos de que hayan diagnosticado su enfermedad de forma temprana y orgullosos de nuestro pequeño valiente.

Lo que nos resulta más difícil son cosas pequeñas, como irnos de vacaciones; simplemente vamos a un lugar durante unos pocos días porque no queremos suspender su tratamiento. Fue difícil encontrar un jardín infantil y luego un colegio que lo aceptara. Es como un bebé, dado que no dice más que unas pocas palabras. No interactúa; no podemos jugar con él como con un niño sano. –Natalie, madre de Silas

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